La trama de esta producción se centra en las dos primeras décadas del conflicto Hatfield-McCoy, desencadenado al final de la Guerra de Secesión norteamericana, en cuyas postrimerías los patriarcas de ambas familias, Devil Anse Hatfield (Kevin Costner) y Randall McCoy (Bill Paxton) se enfrentan por su diferente modo de actuar ante la derrota de la Confederación. Inmediatamente después, una sucesión de graves problemas provocan que el odio entre las dos familias alcance tales dimensiones que casi desencadena un conflicto entre los Estados en los que residían, debido a problemas jurisdiccionales. Todo ello sazonado con la historia de un trágico romance interfamiliar.
Todos estos elementos son característicos de numerosos guiones de Hollywood pero, en este caso, se puede decir que la realidad superó a la ficción, ya que todo ello es verídico, según señalan las fuentes. Incluso la caracterización de buena parte de los protagonistas lo es, según fotografías de la época. Y, lo que es más importante, en esta miniserie se refleja lo complejo que es cualquier conflicto, con una amplia variedad de factores que se dejan translucir constantemente (diferencias ideológicas, lucha por la propiedad de la tierra, la mentalidad de cada momento histórico, etc.). Es cierto que hay algún elemento que no es totalmente verídico, pero en general la miniserie está muy bien trabajada a nivel histórico y, pese a tener un ritmo algo lento en el desarrollo de la trama, es muy recomendable.