Recientemente ha llegado a nuestros cines la adaptación en live-action de la película La Bella y la Bestia, la cual vuelve a recrear la primera adaptación de Disney de este cuento (1991), esta vez en conjunto con partes del musical homónimo, como algunas canciones. Esta vez hay pequeños cambios, como por ejemplo que Bella es una joven inventora, incluso podemos ver como crea un mecanismo para poder hacer la colada más rápido y así tener más tiempo libre para leer.
En la escena vemos como, tras hacer los planos y los cálculos, Bella crea un sistema de colada, en el cual se introduce la ropa y el jabón en un tonel de madera. Posteriormente, con un sistema de arrastre animal el tonel gira sobre sí mismo, y recorre la pila del lavadero del pueblo, que es de forma circular. De esta manera, el agua entra en el tonel, lavando la ropa y ahorrando mucho tiempo a la protagonista.
Al principio este invento puede parecer algo descabellado, pero la realidad es que a partir del siglo XVIII aparecen las primeras lavadoras manuales. En estas primitivas lavadoras se metía la ropa en un cubo (o similar) de madera y, con una palanca, este se movía favoreciendo el lavado de las prendas (Somoza Sampayo, 2013: 2). En sus inicios, este invento sólo se encontraba entre las clases más pudientes, pero puede que se inspirase en inventos anteriores que facilitaban el trabajo de lavado a mano, el cual era muy tedioso. Algunos de estos ingenios serían por ejemplo los batidores de madera (ya existentes en el Antiguo Egipto), las tablas de lavar, o los conocidos como «washing dolly», una pieza de madera con mango largo que el extremo inferior contaba con “dientes” de madera que se introducían en la ropa y, girándolo repetidamente, ayudaba en el proceso de lavado (El Tamiz, 2010).
Sin embargo, las primeras lavadoras a las que nos referimos, son algo diferentes a la creada por Bella. En las patentes y diseños del siglo XVIII, estas lavadoras eran básicamente una cuba de madera con patas y una tapa, la cual se accionaba con un mecanismo de manivela o palanca, que hacía girar unas paletas de forma similar a los batidores primitivos (El Tamiz, 2010).
Es posible que la lavadora de Bella esté inspirada en la creada por el inglés Henry Sidgier que, en 1782, creó una lavadora en la cual se introducía la ropa en un cubo que giraba sobre sí mismo, sin las paletas de las lavadoras antes mencionadas. Este sistema además, era menos dañino para la ropa que los anteriores (El Tamiz, 2010).

Enlaces de interés
El Tamiz: Inventos ingeniosos, la lavadora.
Somoza Sampayo, I.: El oficio de «lavandeiras» un oficio desaparecido. TOG (A Coruña). 2013, 10(18).