Ficha técnica
Título: Holocausto Caníbal
Año: 1980
País: Italia
Director: Ruggero Deodato
Reparto: Robert Kerman, Carl Gabriel Yorke, Francesca Ciardi, Perry Pirkanen, Luca Barbareschi, Salvatore Basile, etc.
Dentro del nutrido grupo de películas unidas a la polémica desde su mismo estreno, una de las que más destaca es, sin duda alguna, Holocausto caníbal, dirigida por el italiano Ruggero Deodato. En este clásico del cine de terror se narra la búsqueda por parte de un antropólogo cultural, Harold Monroe, de un grupo de jóvenes reporteros cuya pista se perdió en la Amazonia colombiana cuando estaban rodando un documental sobre tribus que practicaban el canibalismo. Una vez llega allí, y tras acercarse a varias tribus y ganarse su confianza, logra recuperar las grabaciones, que muestran cómo los reporteros trataron de obtener imágenes impactantes comportándose de manera inmoral y despiadada, lo que acabó desembocando en una ola de violencia, muertes y canibalismo.
La razón por la que la polémica ha acompañado a Holocausto caníbal es que fue publicitada como si las escenas fueran auténticas -lo que tuvo éxito y acabó generando una leyenda urbana en torno al film-, y debido a que las imágenes de violencia con animales son reales. Pero además de esto, hay que señalar que la propia temática de la antropofagia resulta controvertida en sí misma, y más si cabe en el momento del estreno de la película, puesto que a principios de lo década de los 80 fueron publicados numerosos estudios antropológicos sobre el tema, defendiendo posturas encontradas sobre la importancia y las implicaciones sociales de las prácticas caníbales en distintas sociedades a lo largo de la Historia.
Aunque las escenas sangrientas son una constante a lo largo de toda la película, en Holocausto caníbal encontramos también una importante crítica social, que se puede entroncar con distintas teorías etnológicas y filosóficas. Las reacciones de las tribus con las que los personajes van contactando (algunas de ellas reales, como los yanomami, aunque no se intentó reflejar correctamente su cultura) son de desconfianza, pero no muestran rechazo cuando no se sienten atacadas, lo que remite a ese “buen salvaje” de la filosofía de Rousseau. No obstante, más que una visión positiva de los indígenas, Deodato se centra sobre todo el la faceta más destructiva del ser humano en su disfrute por la violencia, como muestra con las acciones de los cuatro jóvenes reporteros, que no dudan en quemar, violar o asesinar cuando lo consideran beneficioso para ellos (quizás el “homo homini lupus” o “el hombre es un lobo para el hombre” de Hobbes sea la premisa fundamental que se desprende de la película. En ese sentido va, de hecho, la duda del antropólogo Monroe sobre “¿quién serán los auténticos caníbales?”). Hay que señalar que esta visión es común a la de otros films del género de similar temática, como la más reciente The Green Inferno, de Eli Roth. Tampoco se da una visión positiva de varios aspectos de la sociedad contemporánea, como el excesivo interés por el dinero, el éxito del sensacionalismo o la manipulación de los medios de comunicación, incluso en el género de los documentales.
Asimismo, Holocausto caníbal también nos permite acercarnos, aunque sea de un modo muy superficial, a la figura del antropólogo cultural y su interacción con sus sujetos de estudio. Desde el surgimiento de esa disciplina, muy relacionada con la Historia y la Arqueología, ha sido habitual la realización de viajes en los que se trataba de conocer de primera mano distintas culturas, sobre todo aquellas que han tenido pocas o ninguna interacción con el mundo moderno.
De todos modos, siendo realistas, el objetivo principal de este film no es mostrar con fidelidad la labor de un antropólogo, ni cómo funcionan las sociedades de la Amazonia, lo cual resulta evidente por la relativamente escasa atención que se le presta a esos aspectos. Así y todo, polémica aparte, aunque Holocausto caníbal diste mucho de ser una película que sea aprovechable para aprender Historia, al menos si puede ser interesante -si uno no es muy sensible a la sangre y las vísceras- para acercarse, aunque sea solo un poco, al mundo de la antropología. Y de la gastronomía exótica, quizás.
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