Habitualmente el anuncio de una nueva película para una saga o un “reboot” suele invocar en el espíritu de revisionar los productos precedentes, muy a pesar de las críticas que estos hayan podido tener en su momento. Por ello, el anuncio de Hellboy: Rise of the blood Queen para 2018 nos ha transportado de nuevo al mundo de nuestro demonio de cómic favorito, en el que nos encontramos desde nazis hasta personajes sacados de las más diversas mitologías y leyendas. A pesar de las posibilidades que estos volúmenes ofrecen para ser analizados históricamente, en esta ocasión nos limitaremos a la película Hellboy 2: El ejército dorado.
Su estreno se remonta a julio de 2008, bajo la dirección de Guillermo del Toro, encargado de dirigir Hellboy en 2004 y a quien se acusó de convertir esta película en un Laberinto del Fauno 2. Ahora bien, críticas aparte, Hellboy 2 introduce una miríada de personajes nuevos, habitantes de un submundo en decadencia y pertenecientes a una raza superior con tintes élficos. Entre ellos destacan tres: Nuada Silverlance (lanza de plata), enemigo principal de la cinta, príncipe de Bethmoora y último guerrero de su especie; su hermana gemela Nuala, con quien guarda un vínculo de sangre; y su padre Balor, último rey de los elfos. El film nos relata además el nacimiento del ejército dorado, una maquinaria de guerra revolucionaria que estuvo a punto de extinguir a los hombres en su lucha contra los elfos, que finalmente decidieron firmar un pacto de paz, a fin de acabar con la destrucción de la vida y la naturaleza en el mundo.
Así pues, mientras Hellboy y sus compañeros buscaban la entrada a Bethmoora, nosotros centramos nuestra mirada en el Lebor Gabála Érenn, también conocido como el Libro de las Invasiones, uno de los corpus mitológicos de Irlanda. En él encontramos a los Tuatha Dé Danann, una raza de dioses y héroes que habrían migrado a Irlanda en algún momento del pasado pre-cristiano, donde habrían gobernado durante siglos hasta que fueron derrotados por los Milesianos. Tras ello, algunos permanecieron en el mundo humano, ocupando pasajes subterráneos ocultos a los ojos del hombre, o se retiraron a Tir na n-Og, una isla mítica inalcanzable para cualquiera que no fuese un Danann. Así pues, pasaron a habitar “El Otro Mundo”, permaneciendo jóvenes gracias a su inmortalidad. En el Ciclo Feniano se les convirtió en Faery, seres asociados a las hadas, y en los textos cristianos les despojaron de su inmortalidad, convirtiéndolos en reyes, que en ocasiones abrazaban la cristiandad en su lecho de muerte.
Su llegada a Irlanda se habría producido de la mano de Nuada, hijo de Danu, conocido como Nuada Airgedlámh (mano de plata). Este sobrenombre se asocia a la pérdida de su mano derecha en la Batalla de Magh Tuiredh, lo que le costó su corona, que solo recuperaría tras la adquisición de un nuevo miembro hecho de plata. Conocido por ser un gran gobernante, perdería su vida en la segunda batalla de Magh Tuiredh, a manos de Balor.
Balor por su parte era miembro de los Fomorianos, pueblo enemigo de los Tuatha Dé Dannan, con los que habrían firmado una tensa paz antes de su llegada a las islas. Este comandante formoriano habría cedido la mano de su hija Ethlinn en matrimonio para firmar la paz, descubriendo posteriormente que uno de sus nietos sería el encargado de darle muerte. Por ello encerró a Ethlinn en una torre, donde daría a luz a tres niños, uno de los cuales, Lugh, conseguiría escapar, dando muerte posteriormente a Balor.
Por último queda hablar de Nuala o Fionnuala, hija de Lir, transformada en cisne junto a sus hermanos por su madrastra. Condenada a vagar por los lagos de Irlanda durante 900 años, solo sería libre el día que escuchase una campaña tocada por un monje o un hombre del norte se casase con una mujer del sur.
Guillermo del Toro coge pinceladas de esta particular y quizás no muy conocida mitología para crear a sus personajes, dándoles unas capacidades, objetivos y motivaciones, así como una historia de fondo y relaciones familiares, diferentes. A pesar de ello, podemos ver mucho de los Tuatha Dé Danann en las gentes de Bethmoora, así como resquicios del Nuada de la “mano de plata” en el Nuada de la “lanza de plata”, a pesar de que transforme a uno de los grandes héroes del mito en el temible villano de la película.
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