Suntuosos vestuarios, escenarios de ensueño, coreografías multitudinarias al ritmo de la música y escenas de acción que en ocasiones rozan lo absurdo son algunos de los ingredientes básicos de gran parte de las producciones nacidas en Bollywood, contrapartida oriental y multimillonaria de la industria cinematográfica norteamericana. Manikarnika: The Queen of Jhansi une todos estos elementos bajo la premisa de una adaptación histórica, en la que se relata la vida de una de las grandes heroínas de la India, en su lucha contra la ocupación británica del país a mediados del s. XIX.
Mezcla de acontecimientos reales, folclore y leyenda, el film comienza precisamente con un aviso para el espectador de que se han tomado libertades cinematográficas y de que parte de lo relatado es ficción, a pesar de contar con dos historiadores –el Dr. S. P. Pathak, jefe del departamento de Historia de la Universidad de Bundelkhand, y el Profesor Tamakant Verm– en plantilla. Declarando asimismo que los nombres, lugares, secuencias de eventos y diálogos mostrados no comprenden necesariamente veracidad histórica. Un prolegómeno más que necesario, en una película cuyo objetivo fundamental radica en el exaltamiento de uno de sus grandes héroes patrios [1]. De hecho, fue estrenada este año 2019 durante el Día de la República, fecha en el que se homenajea la Constitución de 1950, clave en el proceso de independencia de la India del Imperio Británico.
Basado en la vida y leyenda de la Raní Laxmi Bai, el largometraje nos introduce a través de este personaje en uno de los acontecimientos históricos más importantes de la India durante el s. XIX, la llamada Rebelión de la India de 1857, que marcaría el inicio del cambio de la ocupación británica del país. Nacida como Manikarnika Tambe (1935-1958), en el seno de la casta de los Brahamanes, su infancia transcurrió bajo la protección del Peshwa –cargo semejante al de primer ministro del Imperio Maratha– Baji Rao II, al que su padre servía como consejero; recibiendo una educación diferente a la de otras mujeres de la época, al aprender a luchar con armas y montar a caballo. Su matrimonio con el maharajá Gangadhar Rao en 1942 la convirtió en la raní –reina– de la región de Jhansi, al noreste de la India; confiriéndole asimismo un nuevo nombre, el de Laxmi Bai, en honor a la divinidad homónima, consorte del dios Visnú [2].
El film, que relata a grandes rasgos esta primera parte de su vida, se centra en su matrimonio y la progresiva percepción por su parte de las consecuencias del control que la Compañía de las Indias Orientales ejercía sobre el país. Así como las ‘traiciones’ de su propia gente, en ocasiones aliados del invasor extranjero. Todo ello para guiarnos hasta la confrontación directa con los británicos, tras su ensalzamiento como símbolo de la rebelión por parte del pueblo de Jhansi y otras regiones aledañas, una vez enviudada y decidida a tomar el control de su reino.
La resistencia del pueblo de Jhansi, personificada en la figura de Laxmi Bai [3], se uniría a la ya nacida Rebelión de 1857, por la que parte de los cipayos –nativos que combatían al servicio de la Compañía de las Indias Orientales– se habían amotinado en la ciudad de Meerut. Esta sublevación, consecuencia principalmente de las fricciones sociales entre británicos e indios, así como por las políticas de separación ejercidas por la propia Compañía, alcanzaría la ciudad de Delhi, estallando allí finalmente el conflicto entre ambos bandos. Cabe destacar que la Rebelión no fue secundada por todas las regiones de la India, permaneciendo muchos maharajás neutrales ante el conflicto, situación que a posterioridad les valdría el agradecimiento de la corona británica, permitiéndoles conservar sus puestos y privilegios [4].

Aunque la Rebelión se configura como un actor secundario dentro de la película, pueden verse algunos de los emplazamientos clave de la misma, como la ciudad de Bithoor, punto de reunión de los sublevados; así como emplazamientos relacionados con la propia historia de Laxmi Bai, como son las ciudades fortificadas de Jhansi o Gwalior y el campo de batalla de Kota Ki Serai. Asimismo, algunos de los principales miembros de la revuelta aparecen representados, aunque de forma sutil, en la ficción, caso de Nana-sahib (1820-1859), uno de los líderes de la rebelión, o el rebelde Sangram Sinhg. El elenco de personajes se completa con el bando británico, en el que se reconocen algunos personajes históricos como James Broun-Ramsay (1812-1860), Marqués de Dalhousie y Gobernador General de la India, o al Mayor Sir Hugh Rose (1801-1885), Barón de Strathnairn y principal adversario de la raní.
Ahora bien, la película, que comienza con el nacimiento de Manikarnika y acaba con su muerte en el campo de batalla, adolece en cierta medida de un excesivo ensalzamiento patriótico, en el que el ideario nacionalista contemporáneo se deja ver en cada uno de los planos y secuencias de la historia. Desde el color hasta la escenografía, cada uno de los elementos que componen el largometraje sirven para ensalzar la figura de Laxmi Bai, cuyos discursos en ocasiones resultan anacrónicos o en exceso solemnes, como si cada palabra pronunciada por la raní a lo largo de su vida hubiese sido parte de un alegato nacionalista y libertador. Escenas como la que inicia la película, en la que vemos a una aún Manikarnika abatiendo un tigre de un flechazo, con cara impasible mientras la tela sobrante de su sari hondea al viento, son parte de un discurso estudiado en el que la figura de la protagonista ha de presentarse como un ser heroico o casi divino. Simbolismo que se repite en varios momentos de la película, en los que la suntuosidad prima en los vestuarios de la actriz Kangana Ranaut –que da vida a la heroína–; a lo que se suma una actitud ejemplar y unas capacidades casi sobrehumanas, para un personaje libre de errores y cualquier tipo de maldad.
En contrapartida, los miembros del ejército británico se muestran como bravucones deliberadamente crueles, cuya moralidad a menudo es puesta en contradicho. Este contingente humano, casi unitario, en el que pocos son los personajes que destacan, parece concentrar sus fuerzas en todo momento en derribar los valores tradicionales y patrios indios, en pos de su enriquecimiento y empoderamiento. A lo que se suma una constante actitud desafiante hacia el personaje de la raní, algo que ella pone de manifiesto en más de una ocasión, llegando incluso a compararse con la misma reina Victoria, monarca de Reino Unido durante la época en que se desarrolla la historia.
El relato resulta, por otra parte, excesivamente idílico, con una Laxmi Bai representada como un ser puro, extremadamente enamorada de su esposo y una gobernante entregada, que anteponía a su pueblo a su propia seguridad. Una mujer entregada a la lucha por la desigualdad, llegando a insinuar la película en más de una ocasión una defensa acérrima de la raní por la igualdad de géneros, reflejada en el entrenamiento igualitario que reciben hombres y mujeres durante la defensa de Jhansi, tras un evocador discurso sobre la importancia de las madres en la perpetración del legado cultural de su pueblo [5].
Por último, cabe destacar la gran influencia de la leyenda sobre el relato, no solo en la exaltación y discursos del personaje, sino en ciertas situaciones que son más propias de epopeyas legendarias que de acontecimientos históricos. De esta forma, vemos a Laxmi Bai, con su hijo atado a la espalda, saltar sobre las murallas de Jhansi a lomos de un caballo blanco para escapar de la ciudad, tras una serie de secuencias en las que quedaba claro que cualquier salto desde dicha altura resultaría mortal. Asimismo, el final de la heroína se modifica, para conferirle una mayor epicidad, inmolándose voluntariamente en el fuego tras un disparo mortal, con cara de complacencia, a fin de evitar su captura por las tropas británicas. Aunque es cierto que su cadáver fue cremado a su muerte con el mismo objetivo, su muerte fue quizás menos gloriosa, al caer en batalla y ser sus seguidores los encargados de prender fuego a sus restos mortales.
Manikarnika: The Queen of Jhansi es, sin duda, una película coral, cuya inspiración bebe más de la leyenda que de la historia; en la que se observa una clara intención de ensalzar los valores patrios, en contra de la invasión extranjera, a través de la figura de la raní. Film en el que discursos de igualdad y respeto a las tradiciones se entremezclan con música y baile, así como escenas de acción de cámara lenta, todo ello aderezado con un poco de historia y mucho de leyenda. Un relato solo disponible en hindi, al que hay que acercarse con subtítulos, pero que nos permite conocer un poco más de la historia de la India, al tiempo que nos muestra la visión que este pueblo quiere transmitir, tanto dentro como fuera de sus murallas, de su glorioso pasado.
[1] The hindu: ‘Manikarnika: The Queen of Jhansi’ review: playing patriot games – https://www.thehindu.com/entertainment/movies/manikarnika-the-queen-of-jhansi-review-playing-patriot-games/article26088821.ece
[2] Britannica: Lakshmi Bai – https://www.britannica.com/biography/Lakshmi-Bai
[3] Laxmi Bai: A woman before her time, she became a legend in her fight against the British – https://www.connectedtoindia.com/laxmi-bai-a-woman-before-her-time-she-became-a-legend-in-her-fight-against-the-british-1221.html
[4] Britannica: Indian Mutiny – https://www.britannica.com/event/Indian-Mutiny
[5] The hindu: ‘Manikarnika: The Queen of Jhansi’ review: playing patriot games – https://www.thehindu.com/entertainment/movies/manikarnika-the-queen-of-jhansi-review-playing-patriot-games/article26088821.ece
[Imagen de porta extraída de: magicofbollywood.com]