En 1947 el mundo se volcó con la historia del Diario de Anna Frank, que seguía los testimonios de una niña judía de 15 años que relataba los dos años y medio que vivió escondida en Amsterdam, hasta que fue descubierta junto con su familia y deportada, primero al campo de concentración de Auschwitz y más adelante al de Bergen-Belsen, donde fallecería de tifus apenas dos meses antes de que este fuese liberado. Sin embargo, fueron muchas las historias similares a la suya que surgieron tras finalizar la II Guerra Mundial y que conmovieron al imaginario colectivo.
Tanto es así que 75 años después del fin de la guerra, todavía siguen surgiendo numerosas obras de ficción histórica que giran en torno al Holocausto, siempre bajo la premisa de que es algo que nunca se debe olvidar. Este fue precisamente el motivo que llevó a Mati Kochavi y a su hija Maya a crear la cuenta de Instagram @eva.stories, para hacer calar este mensaje entre la gente más joven, empleando una de las redes sociales más populares en la actualidad. Para ello, nos lanzan una pregunta muy simple, que resume este proyecto: ¿Y si una chica en el Holocausto hubiese tenido Instagram?
Vídeo promocional del canal. Fuente: eva.stories
Así es como se nos presenta la historia de Eva Heyman, una niña húngara de familia judía que va a celebrar su 13º cumpleaños el 13 de febrero de 1944. Para ello, toda la producción cinematográfica está construida y rodada como si hubiese sido grabado por la propia Eva a través de los Instagram stories de su cuenta personal, incluyendo los elementos propios que caracterizan a estos vídeos, populares por ser secuencias de 15 segundos que desaparecen a las 24 horas de haber sido subidos. Así, a través de vídeos, boomerangs y hashtags como #lifeduringwar y #reporterlife, nos van construyendo sus tres últimos meses de vida en libertad.
Basado en el diario real de Eva, fue seleccionado frente a la multitud de otros diarios de la época debido a la modernidad con que reflejaba su vida, al tratarse de una chica vivaz, que escribía sobre el chico que le gustaba y sus sueños de convertirse en fotógrafa de guerra, así como el hecho de que sus padres estaban divorciados y que vivía con sus abuelos. Todo ello hacía que los adolescentes de hoy, según afirma la creadora del proyecto, pudieran sentir mucha mayor empatía con su relato, al guardar elementos que permitía que una persona joven de hoy pudiera identificarse mejor con ella[1].
Comienza así su historia presentándonos a los miembros de su familia, así como contextualizando que los nazis han ocupado gran parte de Europa, a excepción de Hungría. Sin embargo, dos días más tarde se presenta un soldado en su casa para llevarse a su prima pequeña, alegando que la policía la está esperando. Esa misma noche se entera de que han sido trasladados a Polonia, aunque Eva no termina de entender por qué. A los pocos días, el gobierno decreta una ley que prohíbe a los judíos ser dueños de un negocio, por lo que el abuelo pierde su farmacia el 2 de marzo.
Todo ello se entremezcla con la vida diaria de una adolescente normal, presentándonos a su primer flechazo amoroso y jugando en la calle con su mejor amiga, continuando con imágenes de su madre quemando libros y cartas, así como de comentarios antisemitas de la gente por la calle. Su inocencia infantil se fusiona así con la clara preocupación de su familia sobre una posible conquista de Hungría por parte de Hitler.
Dicha preocupación se hace realidad el 19 de marzo, cuando las tropas alemanas entran en la ciudad de Eva y deciden cerrar todas las escuelas judías. El 31 de marzo, los judíos tienen que salir a la calle con una estrella amarilla bordada en la ropa, aunque Eva se rebela porque no comprende por qué la gente tiene que identificarla de esta manera, a pesar de que la ley lo dicte. Del mismo modo, se decreta una orden por la que los judíos solo pueden salir a la calle de 9 a 10 de la mañana.
A mediados de abril comienzan a entrar en las casas de los judíos y se ve cómo se llevan obras de arte y diversos objetos de valor. De igual modo, comienzan a trasladar a la gente a guetos, siendo el turno de su familia el 5 de mayo de ese mismo año. Describe que son 20 personas durmiendo en el suelo de una habitación y que a diario solo reciben una rebanada de pan y un cuenco de habas. En una escena se ve cómo le dan una paliza a un judío de su cuarto por haber escondido una pieza de oro y también describe que hay cosas que se le hace a las mujeres que no se atreve a relatar.
A la izquierda, su amiga siendo trasladada al gueto con su familia. A la derecha, Eva y sus abuelos siendo transportados a los trenes que les llevarán a Auschwitz. Fuente: @eva.stories
Llegando al final de las stories, se expanden los rumores de que están empezando a trasladar a la gente en vagones, sin comida ni agua. Se habla de que caben 80 personas de pie en cada vagón y que el viaje dura varios días. En junio, Eva se monta en uno de estos trenes junto con sus abuelos, siendo este el último día que hay registrado en su diario. Sus padres, en cambio, consiguieron huir y sobrevivir a la guerra. Su tren fue rumbo a Auschwitz, donde sus abuelos fallecieron a las pocas horas de llegar. Dos meses más tarde, ve morir a su mejor amiga, que también compartió su mismo destino. En las imágenes de postproducción se nos explica que el 17 de octubre fue seleccionada en una inspección rutinaria por el oficial de las SS Mengele y enviada a la cámara de gas por unas heridas que tenía en los pies.
Con una gran producción de más de 400 personas y un presupuesto millonario, esta cuenta de Instagram tiene en la actualidad 1.6 millones de seguidores, habiendo alcanzado así un gran impacto entre la sociedad de hoy, a pesar de quedarse muy lejos de su predecesora Anna Frank. Sin embargo, ha conseguido transmitir de una forma original un conflicto que todavía tiene gran repercusión en la actualidad y del que resulta difícil innovar con algo que no se haya hecho ya, todo ello convirtiendo las entradas de un diario real de la época en una plataforma moderna y actual.
[Imagen de portada extraída de: @eva.stories]