En El Octavo Historiador a menudo analizamos canciones cuyas letras nos ayudan a comprender un poco más nuestro pasado: batallas, procesos de cambio político o social, vidas de personajes destacados, etc. Sin embargo, la composición de la que hablaremos en esta ocasión, más allá de algunas pinceladas de Historia que pueda aportar, destaca porque es la banda sonora de uno de los momentos más importantes de la Contemporaneidad: el fin de la Guerra Fría. Y no estamos hablando de que sea simplemente uno de los temas que más sonaban en ese momento, sino que realmente es la canción que suele venir a la cabeza cuando se piensa en la desintegración y caída de la Unión Soviética. La canción que no puede faltar en un vídeo o documental sobre la caída del Muro de Berlín. Una canción, en definitiva, que pasó a la Historia: Wind of Change, de Scorpions.
¿Pero cómo es posible que esta “power ballad” -un tipo de balada muy característica de grupos de hard rock y heavy metal- llegara a asociarse de manera tan íntima con el fin de la Guerra Fría? Bien, para comprenderlo tenemos que retrotraernos a finales de los años ochenta, cuando las políticas aperturistas de Mihail Gorbachov permitieron que algunos grupos occidentales actuaran en la Unión Soviética por primera vez. Entre ellos se encontraban Scorpions, una de las bandas de hard rock más exitosas del momento, que en 1988 pudo dar diez conciertos en Leningrado -actual San Petersburgo- en diez días, presentando su disco Savage Amusement. Ante el éxito de estas actuaciones, las autoridades comunistas organizaron para el año siguiente un festival con varios grupos de hard rock y heavy metal, el Moscow Music Peace Festival, para el que esta banda alemana fue de nuevo invitada. Ver a decenas de miles de fans soviéticos enfervorizados con la música occidental en un clima pacífico impactó profundamente a los miembros de Scorpions. Tanto, que al cantante Klaus Meine le inspiró para componer unos días después un nuevo tema, en el que trataría de reflejar esa sensación de cambio social y anhelo por la paz entre dos bloques hasta entonces muy alejados.

La letra de Wind of Change comienza enmarcando geográficamente ese sentimiento que empezaba a aflorar en el Este, centrándose en el Moscú que el grupo acababa de pisar: I follow the Moskva / down to Gorki park / listening to the wind of change (en español, “Sigo el Moscova [río que transcurre por la ciudad] / hacia el parque Gorki / escuchando los vientos de cambio”). No es la única referencia a la entonces Unión Soviética, puesto que más adelante Klaus Meine escribe let your balalaika sing / whay my guitar wants to say (“deja que tu balalaika [instrumento tradicional ruso] cante / lo que mi guitarra quiere decir”). Así, Scorpions transmitía de la URSS una imagen de régimen en renovación, sobre todo a nivel de las mentalidades, aunque esto resultó posible en buena medida gracias a las políticas de apertura y renovación impulsadas por Gorbachov, como fueron la “Perestroika” o el “Glásnost”.
Sin embargo, y pese a que Wind of Change solo habla de ese contexto geográfico, habitualmente se la relaciona más con la caída del Muro de Berlín y el posterior proceso de reunificación alemana que con el colapso soviético. Posiblemente eso se deba no solo a que Scorpions proceda de Alemania -en aquel momento, de la República Federal Alemana, la capitalista- o a su enorme popularidad allí, sino al videoclip de esta balada, estrenado en 1991 -un año después de la grabación en el estudio-, y en el que se van sucediendo imágenes paradigmáticas del fin de la Guerra Fría, siendo la primera esa caída del Muro el 9 de noviembre de 1989. Por lo tanto, debido a que fue compuesta en agosto de ese mismo año -es decir, unos tres meses antes-, es imposible que esta canción incluya referencias explícitas al fin del bloque comunista. Aunque resultó ser en cierta medida profética, puesto que los vientos de cambio acabaron por ser mucho más fuertes de lo que pudiera pensarse allá por el verano de 1989.

Pero, hechos históricos al margen, lo que realmente destila toda la composición en ese anhelo de paz, alejado de las tensiones de los años ochenta, cuando la Guerra Fría tuvo un último máximo de tensión tras la llegada de Ronald Reagan a la Casa Blanca. Si bien los acuerdos de desnuclearización seguían avanzando, el miedo a que se desatase un conflicto abierto entre los dos bloques enfrentados estaba muy extendido, y el movimiento pacisfista -aunque tuvo un peso mayor en los dos decenios anteriores- seguía mostrando cierta vitalidad. Aunque Scorpions no suelen centrarse en temática política, cada una de las estrofas de Wind of Change es una declaración en favor de la paz y de la necesidad de olvidar y dejar atrás ese pasado de confrontación: The World is closing in / Did you ever think / that we could be so close / like brothers? (“El mundo se está acercando / ¿Alguna vez habías pensado / que podríamos estar tan cerca / como hermanos?”), The wind of change blows straight / into the face of time / like a stormwind that will ring the freedom bell / for peace of mind (“Los vientos de cambio soplan directos / hacia la cara del tiempo / como una tormenta que hará sonar la campana de la libertad / para la paz de la mente”) o Walking down the street / distant memories / are buried in the past forever (“Caminando por la calle / recuerdos lejanos / están enterrados en el pasado para siempre”).
Así, esta “power ballad” nos permite comprobar que la música en sí misma puede acabar siendo clave para entender el mundo presente y pasado, puesto que las mentalidades y su transformación tienden a reflejarse en ella. Y por ello, Wind of Change acaba siendo una valiosa fuente para comprender el proceso que desembocó en el fin de la Guerra Fría, poniendo sonido a aquellos datos que podemos consultar en libros, hemerotecas, documentales o archivos gráficos.
[Imagen de portada extraída de: picslyrics.net]