Es frecuente que alguna que otra vez hayamos escuchado frases del estilo “he nacido en el siglo equivocado” u “ojalá poder viajar al pasado con una máquina del tiempo”, sentimientos de nostalgia por una época que no conocimos y que en su mayoría vemos a través de la ficción, a pesar de que no siempre lo muestra como realmente fue.
¿Pero realmente querríamos vivir en otros siglos? Si nos quitan esa visión romantizada de tiempos pasados, viviendo el día a día de las clases pobres ¿se seguiría queriendo esto? Relacionado con esta premisa tenemos el canal de Youtube Reel Truth History Documentaries. Aunque su contenido es de lo más variado, en este caso hacemos referencia a su serie “Surviving a Day in the Victorian Era” (Sobreviviendo un día en la Era Victoriana) y, más concretamente, al primer episodio de esta. En dicha serie, seis celebridades experimentan durante 24h los oficios y la dura vida de las gentes de clase trabajadora en cuatro escenarios diferentes, siendo en total cuatro días de experimentar diferentes facetas de la vida victoriana.
El primer escenario con el que se encuentran es una pequeña ciudad. Antes de comenzar, se les despoja de toda tecnología y se les da la ropa apropiada, además de entregarles una ración de comida y unos diarios reales de gentes que vivieron esa época como parte de sumergir a los participantes más en su día a día. La premisa de este primer día es: a pesar de que se les da la primera ración de comida del día, el resto corre por su cuenta y deben, por ello, encontrar un trabajo para ganar dinero suficiente para conseguir más comida y un lugar donde dormir. Mientras todo esto acontece, se van sucediendo explicaciones, tanto del contexto y de cómo vivía la población, así como de los diferentes oficios con los que se irán encontrando junto con ilustraciones de la época.
Los trabajos que les ofrecen están separados por sexos: los hombres tienen la opción de ser basurero (dustmen) y barrendero (street cleaner) y las mujeres tienen también la opción de barrendera o de sacudidora de alfombras (carpet beaters). Un ejemplo del minucioso detalle con el que retratan dichas profesiones lo tenemos en los barrenderos. Los dos concursantes encargados de la tarea se encargan de retirar los excrementos de la calle (ya que esta era muy transitada por caballos) y deben tener especial cuidado con las deposiciones de perro ya que se vendían a curtidurías [2], pues servían para uno de los procesos de tratamiento del cuero.
Tras terminar el trabajo al mediodía, reciben su paga según lo que hayan trabajado y aquí las concursantes se enfrentan con otro choque cultural, ya que ellas reciben mucho menos sueldo que ellos – que, aunque esto sigue ocurriendo en la actualidad, la brecha salarial en el XIX era mucho mayor –. A pesar del cansancio y la desgana, el día continúa y a la tarde se encargan de cribar y reciclar la basura que han recogido a la mañana, separándola según el material (hueso, trozos de tela, metales), ya que todo se aprovechaba.
Una vez terminada la jornada, les dan alojamiento, aunque no todos podrán dormir en camas y algunos tendrán que hacerlo en el suelo. También les dejan comida para hacer la cena en el fuego que previamente tienen que encender. Pero no todo es trabajo; a la noche acuden a la taberna del lugar para beber y a divertirse tras el duro día. Lamentablemente, los hombres tienen que hacer un último trabajo: recoger el contenido de las letrinas. A estos hombres se les conocía como nightmen, ya que su trabajo tenía que realizarse más allá de medianoche [1].
Para el último trabajo que realizan en esas 24h y que cierra el círculo de las labores que realizaron el día anterior, debe preparar algunos de los materiales que ayer cribaron y transportarlos hasta la embarcación que será la encargada de llevarlos a su destino. Los hombres se encargan de llenar y transportar barriles de polvo (posiblemente de carbón) cribado hasta dicha barca, que les espera en el río, pero tienen un tiempo limitado para hacerlo. Las mujeres, a su vez, preparan bolsas de fertilizante, utilizando las deposiciones previamente recogidas para también llevarlas hasta la embarcación. Por desgracia, no consiguen llevarlo todo a tiempo, pero igualmente cumplen con estas primeras 24 horas en el mundo victoriano.
Una vez visto esta primera incursión en el pasado, se puede apreciar que, aunque al principio la actitud de los participantes era de ilusión al poder experimentar cómo se vivía en otra época, pronto llegaron a la conclusión de la vida extremadamente dura que sufría la clase pobre victoriana. Trabajos duros y mal pagados, donde en la mayoría de los casos tenían que pluriemplearse para poder hacer frente a los gastos familiares. Esto nos deja claro que, aunque tengamos esa visión romántica de que cualquier tiempo pasado fue mejor, no debemos olvidar que las condiciones, la vida y los avances no eran en absoluto los mismos que hoy en día, pero también sirve para poner en perspectiva cómo fue mejorando con el paso de los siglos, lo que todavía queda por cambiar y, por supuesto, poner en valor la dura vida de las clases más silenciadas.
[1] Allen, M., 2008. Cleansing The City: Sanitary Geographers In Victorian London. Athens: Ohio University Press, p.28.
[2] The working classes and the poor: https://www.bl.uk/victorian-britain/articles/the-working-classes-and-the-poor
Enlaces de interés:
Lista de reproducción de todos los capítulos de 24h viviendo en el pasado (era victoriana):
[Imagen de portada extraída de: theartsdesk.com]