
“[…] Se cuenta también que fue la vuelta de su centurión la que empujó a César a abandonar sus planes sobre la Caledonia… Más tarde, Adriano, su lejano sucesor, mandaría construir un muro de 118 kilómetros para separar la Caledonia del Imperio Romano…”
Astérix y los Pictos
La expansión llevada a cabo por Roma, principalmente tras el inicio de su etapa imperial, trajo consigo numerosas guerras y tratados para la conquista extensos territorios, que se extendían desde el sector más occidental de Hispania hasta los lejanos territorios de las provincias de Siria y Capadocia en su sector oriental, el Fossatum Africae en el sur o el limes Germánico al norte. Así como la necesidad de establecer fronteras o barreras que evitasen la pérdida de los territorios conquistados y asegurasen la “pacífica” convivencia del pueblo romano y los contingentes romanizado en las nuevas regiones del Imperio.
De todos los limes o fronteras erigidos, sin duda, el más conocido es el Muro de Adriano. Ubicado en Gran Bretaña, antigua Britania romana, marcó durante siglos la frontera más septentrional del Imperio, partiendo el territorio britano de Este a Oeste, desde Wallsend (en la desembocadura del río Tyne) hasta Bowness-on Solway (en el fiordo de Solway). Con una extensión de aproximadamente 118 km -80 millas romanas-, fue construido principalmente en piedra, con algunas secciones levantadas en tierra o turba, aprovechando la propia orografía del terreno para reforzar la defensa del mismo. Su construcción, ordenada por el emperador Adriano tras su visita a Britania en el 122 d.C., pretendía evitar las invasiones “bárbaras” de pueblos como los pictos, que habitaban el norte de la provincia. Para su defensa, el muro contaba con una altura de alrededor de 4.6 m y espesores que variaban entre los 3 y los 6 metros de ancho. Además, cada milla, el emperador mandó construir un milecastle o puesto de guardia, entre los que se intercalaban torres de vigilancia. El Muro contaba a su vez con 14 fuertes permanentes, para el asentamiento de las legiones encargadas de su vigilancia. La estructura se completaba con fosos, excepto en aquellas secciones en las que el desnivel del terreno, la presencia de ríos o acantilados servían de protección natural, y una superficie transitable, que permitía la comunicación entre los puestos de guardia y las torres [1].

Su importancia reside, no solo, en la espectacularidad de la estructura, todavía conservada en la mayor parte de su recorrido, a pesar de la pérdida de altura en la mayor parte del mismo; sino en los descubrimientos arqueológicos asociados a los milecastle y fuertes intervenidos en las últimas décadas. El más famoso de todos ellos, Vindolanda, ha proporcionado grandes hitos e información para el conocimiento de la vida de los soldados romanos –destinados lejos de sus hogares y lugares de origen-, la romanización del territorio britano e incluso sobre costumbres y prácticas habituales en el día a día de aquellos que construyeron y vivieron en el límite septentrional del Imperio. Gracias a la peculiar composición del terreno –que permite la preservación de materiales orgánicos-, los arqueólogos encargados de las han descubierto tablillas de madera con datos sobre la gestión del fuerte, pero también cartas personales de los soldados; elementos de vestimenta, en tela o cuero; objetos de metal, como armaduras, no registrados en otros lugares del Imperio; o elementos de uso cotidiano, como barriles de madera procedentes, algunos de ellos, de Hispania, de los que solo se tenía constancia por su representación en relieves. Además, han llegado hasta nuestros días numerosos restos funerarios, entre los que destacan las estelas (marcadores o señalizadores de las tumbas), que permiten conocer el nombre, edad y profesión de aquellos que alguna vez habitaron estos fuertes.

El Muro de Adriano, por otra parte, se configura como uno de los grandes símbolos del pasado de Britania, siendo siempre un lugar de referencia en documentales o guías viajes al país anglosajón. Por ello, no resulta extraño descubrir que, en más de una ocasión, ha sido elegido como escenario de películas, libros y videojuegos, sirviendo en otras ocasiones de inspiración para la creación de fronteras o muros ficticios.
La referencia actual más conocida es, sin duda, el Muro de Juego de Tronos. La gran muralla de hielo que separa los siete reinos de las tierras salvajes situadas más al norte se inspira, por palabras del propio George R.R. Martin, en el limes britano, cumpliendo una función similar a la que habría tenido la frontera romana. Asimismo, algunas producciones cinematográficas hacen uso del Muro como excusa o como herramienta para el desarrollo de la trama. En Doomsday (2008), un terrible virus ha diezmado a lo población, aislándose a aquellos contagiados tras un reconstruido Muro de Adriano que sirve, una vez más, de barrera entre la “civilización” y los “salvajes”. Otras ficciones, inspiradas en el mundo romano y localizadas en suelo britano, hacen uso del Muro para desarrollar la acción más allá de sus límites, como el caso de Centurión (2010) y La legión del águila (2011), ambas inspiradas en novelas homónimas. Por su parte, La última legión (2007) y El Rey Arturo (2004), establecen una extraña relación entre los mitos artúricos y el límite septentrional del Imperio.
Otras ficciones conocidas, en las que el Muro de Adriano se convierte en un escenario secundario y puntual, son Dragonheart 3: The Sorcerer’s Curse (2015) y Robin Hood: príncipe de los ladrones (1991), en la que vemos a Kevin Costner pasear sobre uno de los tramos más famosos del Muro –algo que no debería hacerse nunca, pues pone en riesgo la preservación de la estructura-, al tiempo que Morgan Freeman, en el papel de un árabe de las cruzadas, rezas sus oraciones con el muro a su espalda.
El mundo de los videojuegos tampoco ha permanecido ajeno al legado romano en Britania, representándose el Muro en algunas campañas de las sagas Total War o Imperum; y de forma más reciente en Assassin’s Creed Valhalla, donde nuestro personaje puede recorrer de Este a Oeste la extensión del Muro. Por último, aunque su aparición en la literatura divulgativa es más difícil de rastrear, no puede obviarse la breve, aunque estelar, aparición del Muro en el comic Astérix y los Pictos.

El Muro de Adriano es, sin duda, un escenario con historia, que cada año recibe cientos de visitantes que desean recorrer y conocer el vasto territorio que separaba el mundo romano de aquellos pobladores de la Britania, que al igual que los galos de Astérix, permanecieron irreductibles. Patrimonio de la Humanidad desde 1987, esconde entre sus piedras y la tierra que sepulta gran parte de sus restos hallazgos arqueológicos de excepcional importancia, que aportarán datos inestimables para el conocimiento del mundo romano. Cabe destacar que, aunque no siempre fue el limes más al norte de Britania –el emperador Antonino construyó un segundo muro que apenas se utilizó unos 20 años-, fue el que más tiempo se mantuvo en uso, sirviendo a día de hoy aún como testigo de la presencia romana en Britania. Un escenario de cine, una referencia para series y videojuegos pero, ante todo, uno de los grandes escenarios de nuestra propia historia del que, aún a día de hoy, tenemos la fortuna de poder disfrutar.
[1] VV.A. (2020). Hadrian’s Wall. English Heritage. https://www.english-heritage.org.uk/visit/inspire-me/spotlight-on/spotlight-on-hadrians-wall/
[2] VV.A. (2020). Hadrian’s Wall. English Heritage. https://www.english-heritage.org.uk/visit/inspire-me/spotlight-on/spotlight-on-hadrians-wall/
[3] Leonardo D’Anchiano (17 enero 2019). Las tablillas de Vindolanda. Twitter. https://twitter.com/hdanchiano/status/1085833234297049088?lang=fr
[4] Raniomu (21 mayo 2017). Robin Hood – 1991 – Hadrian’s Wall. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=yMvAKTFvvpU; Ferrer, A. (11 noviembre 2020). Cómo conseguir todos los trofeos de Assassin’s Creed: Valhalla en PS4. Alfabetajuega. https://www.alfabetajuega.com/guia/trofeos-assassins-creed-valhalla-ps4; VVAA. (24 abril 2017). #watched: DOOMSDAY (2008). Popcornx. http://popcornx.blogspot.com/2017/04/watched-doomsday-2008.html
[Imagen de portada extraída de: twitter]
[Imagen de referencia extraída de: Astérix y los pictos, 2013]