Las plataformas de streaming digital, como Netflix, han impulsado en los últimos años el auge de las series o doramas producidos en Corea del Sur. De esta forma, pequeños retazos de la cultura coreana han acabo llenando las pantallas de nuestros dispositivos digitales, permitiéndonos vislumbrar la riqueza histórica de este aún desconocido país asiático. Muchas de estas producciones eligen asimismo escenarios históricos para desarrollar sus tramas, siendo en ocasiones simples trasfondos decorativos y, en otras, parte importante de la propia historia.
Este es el caso de Bulgasal: almas inmortales (2021-2022), un drama histórico cuya trama se fundamenta en el folclore y las creencias nacidas durante el periodo Goryeo. La serie nos sitúa hasta en tres puntos históricos diferentes, incluyendo el tiempo presente, para relatarnos la historia de Hwal, un humano convertido en Bulgasal, un monstruo inmortal que sobrevive bebiendo sangre humana, cuya misión vital es encontrar al culpable de su muerte y transformación. La trama, que comienza como un relato de venganza, acabará evolucionando hacia cuestiones más transcendentales, como el concepto de humanidad y si los monstruos pueden o no poseerla, o el destino de las almas. Todo ello en medio de una vorágine de sangre y saltos temporales, que irán completando poco a poco el relato.
La historia se desarrolla principalmente en la Corea actual, con una parrilla de personajes (o actores) que veremos desfilar a lo largo de los tres periodos temporales de la serie. Sin embargo, los primeros capítulos nos trasladan 600 años antes del momento actual, al punto en que el periodo Goryeo (918–1392) estaba llegando a su fin y la dinastía Joseon (1392–1910) se estaba instaurando. La serie no hace referencia explícita al momento exacto en que se desarrollan los acontecimientos, más allá de hablar de lo que sucedió hace 600 años. Pero queda claro por la representación general de ese punto de la historia, que se trata de un momento de cambios, un momento convulso. La historia enfrenta dos percepciones diferentes del mundo, la de una aldea rural e incomunicada de las montañas, con claros tintes chamanistas, y la visión del mundo del general Dan Keuk, probablemente seguidor del budismo o quizás del incipiente confucionismo, procedente de la capital. De esta forma, las creencias animistas de los primeros son desechadas por el segundo como razones para matar al protagonista de la historia. A su vez, Dan Keuk está destinado a las zonas montañosas para acabar con los monstruos que las infestan para, según sus propias palabras, marcar el fin de una época marcada por la superstición.

Vemos así cómo los creadores de la serie nos presentan ese momento de cambios, como la muerte de las creencias antiguas (a través de la muerte de los monstruos y elementos sobrenaturales) para dar paso a una sociedad o época de la racionalidad. La influencia de las creencias chamánicas de la aldea queda patente no solo por los ritos y creencias que enarbolan, sino por la presencia de una chamán (mudang), que se convierte en la voz de los funestos acontecimientos que se desarrollarán a lo largo de la serie. Sin embargo, el racionalismo intencionado del general venido de la capital se hace patente en su constante afirmación de que el Bulgasal es solo un mito, cuando al mismo tiempo su misión es matar a criaturas de leyenda.
Durante la segunda parte de la trama, la serie nos retrotrae nuevamente al pasado, en esta ocasión 1000 años antes del momento presente. Aunque son muy escasos los datos que se nos aportan de esta etapa histórica, fuera de aquellos necesarios para la trama, podemos afirmar que esos sucesos se desarrollan en pleno periodo Goryeo (918–1392), momento en que nacen o se recogen la mayor parte de los relatos del folclore coreano.
Las historias que han pervivido a lo largo del tiempo (y aquellas a las que tenemos acceso los legos en coreano) nos hablan de diversos tipos de criaturas, entre los que destacan los dokkaebi. Este término, comúnmente traducido como duende o goblin, poco tiene que ver con sus homónimos occidentales, al tratarse de criaturas de aspecto muy variado y capacidades muy diferentes. Se asocian habitualmente a paisajes específicos, como pantanos, montañas, bosques o cuevas, siendo habitualmente la causa o explicación de la muerte y desaparición de personas en esas áreas. En la serie somos testigos de la destrucción y muerte sembrada por algunos de ellos, relacionándose sus habilidades con el entorno que dominan. Se nos muestra, además, cómo algunas de estas criaturas habrían tenido la capacidad de adoptar un aspecto humano, caso por ejemplo de la Dueoksini, siguiendo la idea presentada por el folclore de que algunos de estos seres usaban esa habilidad para embaucar y engañar a los humanos.
El Bulgasal que se nos presenta en la serie es una criatura parcialmente inventada. Se basa en el poco conocido Bulgasari (“imposible de matar”), criatura que según el Songnamjapji habría aterrorizado Songdo, la capital de Goryeo, creciendo de forma incontrolada y devorando todo objeto metálico a su paso. Su origen en su poco confuso, pero se asocia a la persecución de los monjes budistas en la etapa de cambio entre los periodos Goryeo y Joseon. El Bulgasal ficticio adquiere de su contraparte folclórica la incapacidad de morir, pero abandona el metal en favor de la sangre humana como alimento.

Otro punto a destacar de la serie son los diferentes conceptos religiosos que se entrelazan con la trama. Corea del Sur, al igual que otras naciones asiáticas, presentan una gran cantidad de variantes o credos religiosos, que en algunos casos conviven y son practicados de forma simultánea (véase el caso del sintoísmo y el budismo en Japón). Por ello, no debe resultarnos extraño que la parte folclórica animista del chamanismo se entremezcle en la historia con las ideas de la reencarnación propias del budismo. Así, por un lado, tenemos el alma original de Hawl, que se ha reencarnado de forma sucesiva en el cuerpo de otra persona; al tiempo que él es un monstruo de la montaña, propio del mundo sobrenatural y las creencias animistas.
Bulgasal deja de lado el argumento romántico propio de los doramas, convirtiéndolo en un agente más de la historia, pero no el principal protagonista. La serie nos traslada a diferentes periodos históricos, para mostrarnos las creencias de las gentes de esas etapas y dar una explicación a los acontecimientos reales a través de sucesos o criaturas de corte sobrenatural. Para posteriormente trasladar todo ese complejo mundo al presente, en el que el protagonista, un ser inmortal del pasado viviendo en un mundo moderno, debe lidiar con las consecuencias de esos sucesos históricos. Sin duda, una serie tremendamente interesante para conocer un poco más de la historia y la cultura de Corea, pero también una reinterpretación de los mitos y leyendas, como se está haciendo en otras partes del globo, para preguntarse si el monstruo es realmente el villano de la historia o si, quizás, nunca nos habíamos planteamos que eran más humanos de lo que pensábamos.
Enlaces de interés:
Bulgasal, Immortal Souls Review – https://dmtalkies.com/bulgasal-immortal-souls-season-1-review-2021-series/
Enciclopedia del Folclore y Cultura tradicional de Corea – https://folkency.nfm.go.kr/sp/main
TOTA: Spirituality and the Afterlife in Korea – https://www.tota.world/article/156/
[Imagen de portada extraída de: Hancinema]
¡Hola! Hace tiempo que estoy interesada en ver doramas, le di una oportunidad a uno corto pero no termine de conectar con el, aún así quiero seguir intentando. Había visto este como una de mis opciones pero como tiene una trama romántica no me atrevía pero ahora que se que no es tan relevante a lo mejor le doy una oportunidad, me llama la atención que use elementos mitológicos y religiosos. Buen post 🙂 ¡Saludos!
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¡Hola! Entiendo tu reticencia a las tramas amorosas, a mi (la autora del post) me pasa lo mismo. Bulgasal tiene la categoría de dorama, porque es un «drama» histórico, nada más. Pero en ningún momento el amor o las relaciones amorosas son el hilo argumental de la misma. Eso si, prepárate para ver sangre, que se dejaron todo el presupuesto en ello (aunque no es para nada gore, al contrario, es más bien un rollo estético).
Si no te importa que haya zombies por el medio, también puedes echarle un vistazo a Kingdom, que es un drama histórico coreano que reseñamos hace algunos meses aquí en el Octavo Historiador.
Si al final te animas, ya nos contarás que te ha parecido.
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Gracias por aclararlo, voy a tomarlo en cuenta. ¡Saludos!
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