El arte pictórico ha utilizado, desde sus más remotos orígenes, escenarios reales para situar las escenas o mensajes que el pintor deseaba transmitir a su público. Así, muchos monumentos de la antigüedad, hoy desaparecidos, llegan a nosotros gracias a los cuadros del Renacimiento; mientras otros lienzos, agrupados dentro del Romanticismo, nos llevan a paisajes casi irreales o bucólicos. Aunque sin duda uno de los grandes ejemplos de la importancia de los paisajes en la obra de un artista lo tenemos en Monet, con su serie sobre La Gare de Saint-Lazare, que el pintor retrató hasta en una docena de ocasiones para mostrar los cambios que se producían en el paisaje de una estación de tren.
Sin embargo, en esta nueva entrega de Escenarios con Historia vamos a ocuparnos precisamente del caso contrario: obras de arte que han inspirado escenarios reales. Específicamente de la obra Relativity del artista neerlandés M. C. Escher (1898-1972). Conocida por sus arquitecturas imposibles, la obra este autor ha sido replicada o reformulada en numerosas ocasiones en la ficción –ejemplo de ello es el juego Monument Valley-. Aunque sin duda su obra más influyente ha sido Relativity (1953), una litografía en blanco y negro, en la que la tridimensionalidad del mundo representado se ve afectada por la perspectiva de los diferentes elementos que la componen, siendo los más característicos sus enrevesadas escaleras.

Centrándonos en el cine, encontramos referencias a esta obra en películas de lo más diversas. De esta forma, no resulta extraño que Stephen Hopkins eligiera este psicodélico y agobiante escenario para desarrollar el final de su pesadilla, al crear el Dream Core –un espacio situado en el plano onírico- para la película Pesadilla en Elm Street V: el niño de los sueños (1989). El laberinto de escaleras y estructuras invertidas se nos presenta como parte del reino de Freddy Krueger, simbolizando de alguna manera la retorcida psique del asesino de los sueños.
Nuevamente relacionado con los sueños, aunque en esta ocasión de una adolescente cansada de su quejicoso hermanastro, nos encontramos el laberinto final de la película Dentro del Laberinto (1986), en el que Jareth el rey de los Goblins, interpretado por el difunto David Bowie, tienta una vez más a Sarah (Jennifer Connelly) a abandonar a su hermano para alcanzar la paz que tanto ansía. La escena, plagada nuevamente de escaleras imposibles, representa probablemente la mente de la propia Sarah, confusa entre aceptar la oferta de Jareth o recuperar a su hermano, que se encuentra a unos pasos de ella pero resulta inaccesible, debido a difícil escenario que le ha tocado recorrer.
Otra película en la que se retrata esta obra de M. C. Escher es Noche en el museo: el secreto del faraón (2014), tercera entrega de la saga cómica dedicada a explorar las aventuras y desventuras de un guarda de seguridad nocturno del museo Smithsonian. En esta ocasión, los personajes se ven, literalmente, empujados dentro de la litografía, sufriendo las vicisitudes de la peculiar gravedad presente en la obra.
Un laberinto de escaleras con final impredecible es representado también en la aclamada Origen (2010), en la que la arquitectura imposible y los paisajes irreales de M. C. Escher sirven en más de una ocasión como inspiración para crear, nuevamente, escenarios dentro de un mundo onírico. Asimismo, encontramos composiciones fotográficas que asemejan la obra de arte en la saga Harry Potter (2001-2011), gracias al movimiento incesante de los diferentes tramos que conforman la Gran Escalera; y en los laberínticos pasadizos de Tomb Raider: la cuna de la vida (2003), donde la caja de Pandora –el objeto misterioso a recuperar- rompe con las reglas de la gravedad, multiplicando la perspectiva del escenario, recordando en gran medida a lo que sucede en Relativity.

Sin adentrarse en otros medios, pues la lista de referencias sería interminable, cabe destacar algunas peculiares apariciones de este escenario en series, entre las que destacan: Phineas y Ferb, en el episodio llamado originalmente “Gaming the System”; en el anime Yu-Gi-Oh!, en el que el interior de Puzzle Milenario se presenta como una estancia con escaleras y pasajes que rompen nuevamente con la lógica constructiva; en las coloridas escaleras del K-Drama El juego del calamar, como su propio director ha afirmado en diversas entrevistas; y, como no podía ser de otra manera, en las serie Futurama, en el capítulo “I, Roommate”, y en la película de Los Simpson.
La idea expresada en Relativity, de una perspectiva imposible, marcada por esos tramos de escaleras que no llevan a ninguna parte, se encuentran ampliamente extendida en el imaginario popular. Por ello, a veces resulta complejo esclarecer si las obras que usan recursos similares están realmente inspirándose en la obra de Escher o simplemente reutilizando un concepto que ya forma parte de nuestra cultura y que, en cierta medida, se ha acabado desvinculando de la expresión artística que le dio origen.

Se trata sin duda de un escenario peculiar, que abandona su soporte original para ganar una tridimensionalidad real y, en la mayor parte de las ocasiones, formar parte de representaciones de lo onírico o lo sobrenatural, siendo reflejo de la psique de los protagonistas de algunas de las obras. Un escenario que hay que visitar en un museo, pero que demuestra que, por mucho tiempo que pase, existen conceptos y obras de arte cuya vigencia e influencia en la cultura popular son innegables.
Enlaces de interés:
Canvas – 6 times Escher inspired modern cinema: https://canvas.saatchiart.com/art/art-news/6-times-m-c-eschers-work-inspired-modern-cinema
Wiki- Elm Street: https://nightmareonelmstreet.fandom.com/wiki/Dream_Core
Wiki – Escher in popular culture: https://list.fandom.com/wiki/M._C._Escher_in_popular_culture
[Imagen de portada extraída de: MOA y desdeabajo]