The Long song: ¿Fin de la esclavitud?

Hace exactamente una semana, el 14 de febrero, fallecía la escritora británica de ascendencia jamaicana Andrea Levy. Curiosamente, estas mismas navidades pasadas emitía la BBC One británica una miniserie sobre una de sus obras más importantes, que es la que hoy os traemos: The Long Song (La Canción de July, en español).

La historia nos traslada a la Jamaica del primer tercio del s. XIX, momento de gran convulsión social, pues representa la etapa en la que el Imperio Británico decreta el fin de la esclavitud en sus colonias. La narración corre a cargo de July, una esclava mulata que nos cuenta en primera persona la historia de su propia vida, a modo autobiográfico. Este personaje en sí es ficticio, así como todos los que forman el elenco que la acompaña, al contrario con lo que sucede con el lugar donde ocurren los hechos, la plantación de azúcar Amity Hall. Sin embargo, sí se nota un trabajo profundo de documentación, que hace que la historia tenga sentido históricamente.

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A la izquierda, cubierta de la novela de Andrea Levy. A la derecha, cartel de la miniserie de BBC One. Fuentes: Popsugar e IMDb

Uno de los momentos álgidos que mejor representa es la Rebelión Navideña de 1831, conocida como la Baptist War. Esta revuelta perpetrada por esclavos jamaicanos supuso un momento clave en la historia de la esclavitud, propagándose rápidamente por toda la isla. Lo que se iniciaría como una huelga pacífica, no tardaría en escalar provocando el incendio de algunas de las plantaciones y el arresto y condena a muerte de multitud de esclavos. El conflicto surgió en gran medida debido a los rumores que llegaban de Europa, donde cobraban gran fuerza las ideas abolicionistas, entreviendo que el fin de la esclavitud estaba más cerca de ser real que nunca.

Esta libertad se haría efectiva dos años después, con la Ley de abolición de la esclavitud de 1833, a pesar de que esta se fue implementando lentamente sobre las numerosas colonias. Sin embargo, la serie y novela reflejan bien el hecho de que no fue tan libertadora como cabría esperar, ya que los antiguos esclavos debían seguir manteniendo sus trabajos, ahora como libres, para poder sobrevivir. La nueva situación implicaba que debían pagar a sus antiguos amos para poder vivir en sus casas, por lo que estaban forzados a seguir trabajando a cambio de un salario, creando un sistema donde se era libre en la teoría pero no tanto en la práctica.

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Fotograma de la miniserie representando el levantamiento de los esclavo. Fuente: The Independent

Por último, también es destacable mencionar cómo la autora refleja la diferenciación dentro del propio colectivo de esclavos entre aquellos que son negros y los que son mulatos. La propia protagonista refleja sus esperanzas de poder casarse con el dueño de la plantación, por el mero hecho de que su padre era un blanco escocés, haciendo numerosos comentarios al hecho de que ella no era negra, sino mulata, por lo que no estaría tan mal visto. Esta diferencia en el color de piel se acentúa con la esclava de otra familia, de tez mucho más clara, que presume de lo bien que vive y de las oportunidades que tiene de encontrar un marido blanco debido, precisamente, a que su piel era más “limpia”.

La obra, a pesar de tratar un tema bastante explotado por la industria audiovisual, nos trae un reflejo más humano de una de las épocas más oscuras de la Historia de la Humanidad, con una buena combinación entre humor y tragedia. De este modo, aun centrándose en la historia de July, los acontecimientos que la rodean comienzan a tener un gran calado en el espectador, que enseguida se siente inmerso en la vida jamaicana de principios del s. XIX.


[Imagen de cabecera extraida de Digital Spy]

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