La historiografía a través de Age of Empires II

Hay videojuegos que han logrado soportar el paso del tiempo y que, a lo largo de los años, mantienen una comunidad de jugadores lo suficientemente activa como para que sus desarrolladores creen expansiones, DLCs y actualizaciones para seguir añadiéndoles contenido, haciendo que esas minas de oro nunca se agoten. Precisamente por ello, estos juegos nos sirven como testigos del paso de los años y, en el caso de los que tienen temática histórica, nos permiten ver distintas formas de contarnos el pasado influenciadas por el pensamiento de cada momento.

En esta ocasión os vamos a hablar de uno de los ejemplos más paradigmáticos de esto: Age of Empires II. Publicado en el año 1999, este título se ha convertido en un referente de los videojuegos de estrategia en tiempo real, así como de los videojuegos históricos. En su momento, nos acercó a la vida de varios personajes históricos a través de campañas que nos contaban sus peripecias y aventuras de una forma novelesca. En un principio, el juego contaba con cinco de estas campañas: Genghis Khan, Juana de Arco, Barbarroja, William Wallace y Saladino. Además de ello, contaba con varias civilizaciones para elegir, agrupadas por regiones que comparten un mismo estilo artístico en su diseño visual.

Al año siguiente llegó The Conquerors, la primera expansión, que se centraba en el descubrimiento y conquista de América. Nuevas civilizaciones hicieron aparición, al igual que nuevas campañas, que seguían en la línea de las que traía el juego base, pero con nuevos personajes históricos: el Cid, Moctezuma y Atila. También en esta expansión añadieron, por primera vez, batallas históricas, desvinculadas de un personaje concreto y más centradas en momentos históricos importantes o en “momentos decisivos” de la historia.

Con esta expansión ya vemos un cambio en la perspectiva original del juego. El planteamiento original se hacía a través de grandes figuras históricas y cómo estas influenciaron al mundo, desde una perspectiva subjetiva. Con la primera expansión ya pasamos a una perspectiva menos personalista y más relacionada con los propios acontecimientos. Sin perder, aun así, el enfoque en estos “héroes” o “heroínas”.

Después de The Conquerors, el juego ha recibido dos reediciones, una en 2013 (Age of Empires II: HD Edition) y otra en 2017 (Age of Empires II: Definitive Edition). Durante todo este tiempo, ha seguido recibiendo expansiones centradas en distintos personajes y momentos, profundizando cada vez más en el periodo medieval y ampliando las fronteras del juego original. Ejemplo de esto es The Forgotten Empires, una expansión derivada de un mod de la comunidad, que nos traía algunas campañas que ya no se centraban en personajes sino en familias o en ciudades a lo largo del medievo. Con The African Kingdoms y Rise of the Raja, nos trasladaron a las historias de grandes reinos de África y el Sudeste Asiático respectivamente. De esta forma se rompía el eurocentrismo imperante en el juego hasta el momento, abriéndonos el mundo en un sentido mucho mayor. Las ultimas expansiones nos trajeron de vuelta a Europa con Dawn of the Dukes y Lords of the West, que nos llevaron a momentos menos conocidos de la historia de Europa y a lugares como Bohemia, Lituania o Polonia.

A lo largo del desarrollo de este juego, hemos visto una transición en la forma de contar la Historia. En sus inicios estaba basada en la épica de grandes personajes, cuyas vidas han sido noveladas y glorificadas. Evolucionando posteriormente hacia otro estilo, más centrado en contar los hechos, pero con abundancia todavía de estereotipos o clichés. Además, se ha ido abandonando el eurocentrismo para contar también la historia del resto del mundo desde su propia perspectiva, e incluso desde perspectivas múltiples. Por último, gracias a las últimas actualizaciones, ahora podemos ver una historia más crítica, en la que los personajes se nos muestran como personas complejas y propias de su contexto histórico.

Como podemos ver, los videojuegos, precisamente por su carácter mutable, nos sirven como testigos de la evolución de la sociedad y de nuestra forma de entender el pasado. Sus creadores responden a la demanda de los usuarios, pero también se ven influidos por las corrientes historiográficas que más interés suscitan entre el público. De esta forma, los videojuegos no solo nos trasladan al momento que pretenden recrear, sino también a aquel momento en que fueron concebidos y creados, como todas las demás representaciones culturales. Aunque en su caso, y con todas estas expansiones y actualizaciones, puede ser un proceso mucho más largo.


[Imagen de portada extraída de: 3djuegos.com]

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