Tal y como estamos padeciendo estos meses debido a la expansión del coronavirus o COVID-19, la Historia está plagada de tragedias de lo más variopintas: guerras, pandemias, catástrofes naturales, crisis económicas, atentados terroristas… Y de uno estos últimos es de lo que vamos a hablar en esta ocasión. De hecho, del que posiblemente ha sido el más impactante en la Historia reciente, el perpetrado por terroristas suicidas de Al-Qaeda contra las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001. Actos como ese, que generan una enorme conmoción en la población, suelen llevar a muchos músicos a componer para expresar sus sentimientos al respecto, bien sean de tristeza, de rabia o, en ocasiones, de esperanza de cara al futuro. El conocido como 11-S (o 9/11 para los estadounidenses) es un excelente ejemplo, pues artistas de distintos estilos han publicado temas basados en ese fatídico día: Coldplay, Beyoncé, Leonard Cohen, The Eagles, My Chemical Romance, Tori Amos… o Bruce Springsteen. “The Boss” es el que quizás obtuvo un mayor éxito, alcanzando con The Rising el número uno en las listas de numerosos países.
Los atentados impactaron enormemente a este afamado músico de Nueva Jersey, y poco después empezaron a surgirle ideas para nuevos temas, que partían de sensaciones e historias derivadas de aquellos hechos. Fruto de esa inspiración serán varias de las canciones incluidas en su álbum The Rising (2002) -primero que grababa con la “E Street Band” desde el año 1984-, si bien otras fueron compuestas uno o dos años antes. Aunque algunas pasaron a resignificarse tras el 11-S, como es el caso de My City of Ruins. Pero si hay un tema que destaca es la propia The Rising, estrenada como single, y que versa sobre un bombero anónimo que acaba falleciendo en las Torres Gemelas, aunque no hace una referencia del todo explícita a ese día.

El día se iniciaría para el protagonista saliendo de su casa con el uniforme puesto, con la característica “cruz de San Florián” de los bomberos norteamericanos, mientras se escuchaban alarmas y campanas por el atentado (Left the house this morning, / bells ringing filled the air. / Wearing the cross of my calling (…) // “Dejé la casa esta mañana, / campanas sonando llenaban el aire. / Llevando la cruz de mi profesión” ). Una vez en la zona cero, la situación era extremadamente peligrosa para los bomberos, como refleja Springsteen (Can’t see nothin’ in front of me. / Can’t see nothin’ coming up behind. / I make my way through this darkness. / I can fell nothing but this chain that binds me. / Lost track of how far I’ve gone, / How far I’ve gone, how high I’ve climbed. / On my back’s a sixty-pound stone, / On my shoulder a half mile of line // “No puedo ver nada frente a mi, / no puedo ver lo que viene por detrás. / Me abro camino a través de esta oscuridad. / No puedo sentir nada salvo esta cadena que me ata. / He perdido la pista de cuán lejos he ido, / Cuán lejos he ido, cuán alto he escalado. / Sobre mi espalada una piedra de sesenta libras, / Sobre mi hombro una línea de media milla”). Finalmente, el protagonista no puede salir, y acaba muriendo en una de las torres, mientras tiene toda una serie de visiones de su mujer e hijos, de sus familiares ya fallecidos, y con algunas referencias a Dios, al que cuenta con ver en seguida (Lord, as I stand before your fiery light / “Señor, mientras me presento ante tu ardiente luz”). Pero, aunque el drama del bombero anónimo ocupa la mayor parte de la composición, el estribillo desprende un aire mucho más optimista, la de una sociedad que quiere reponerse frente a las adversidades, unida (Come on up for the rising. / Come on up, lay your hands on mine. / Come on up for the rising. / Come on up for the rising tonight // “Vamos, arriba, levantémonos. / Vamos, arriba, pon tus manos en las mías. / Vamos, arriba, levantémonos. / Vamos, arriba, levantémonos esta noche”).
Aunque en este caso, por tanto, no podemos hablar de que se den precisos datos históricos, The Rising sí que permite acercarnos a ese espíritu inmediatamente posterior a los atentados del 11-S, por el que no solo se homenajeaba a aquellos que contribuyeron, incluso al más alto coste, a paliar la desgracia, sino que reclamaba la unión de toda la sociedad estadounidense para superar aquel drama. De hecho, el Arte en general bebió en los meses -o incluso años- inmediatamente posteriores al ataque yihadista de ese aire de catarsis colectiva en el que el reconocimiento a las víctimas y del espíritu de superación de la sociedad primaban sobre todo lo demás. En todo el planeta, y sobre todo en la nutrida comunidad de artistas neoyorquina, comenzaron a brotar cuadros, esculturas, fotografías, canciones o performances que tenían como hilo conductor la misma temática. Lógicamente, la visión que aportaban era bastante subjetiva, como por otra parte es casi inevitable en todas las disciplinas artísticas, pese a lo que resultan muy útiles para los historiadores a la hora de analizar mejor la influencia en las mentalidades de sucesos impactantes para la sociedad. No obstante, para comprender este tipo de hechos en su conjunto es imprescindible extraer información y datos de muchísimas otras fuentes, que de hecho son básicas para construir cualquier relato histórico.
Vídeo de The Rising, de Bruce Springsteen
[Imagen de portada extraída de: catalunyareligio]